El Adviento es un tiempo en el que nos preparamos espiritualmente para rememorar y celebrar la llegada del niño Jesús, la llegada de DIOS niño, de DIOS humilde, de DIOS humano. Es el tiempo reservado en nuestra vida para pararnos, reflexionar y meditar, vivir y recordar la historia del Nacimiento de Jesús. Es un tiempo especial para pensar sobre el sentido de nuestra vida, de nuestra fe, de nuestra esperanza.
Es un tiempo en que las personas se sensibilizan, se alegran, se abren a la comunicación, al perdón y al amor.
Es también, tiempo de ofrecer hospitalidad, hospitalidad para recibir otras personas en nuestra comunidad, en nuestra casa; y hospitalidad para recibir en nuestra vida nuevos valores, nuevos pensamientos, nuevos proyectos.
En el «cole», vamos a vivir el sentido del Adviento, dedicándole HOY especial atención a la Felicidad y la Ilusión.
La FELICIDAD en el Adviento se vive a través de la Alegría espiritual: No se trata de placeres materiales, sino de un gozo profundo que nace de la certeza de que Dios está cerca y nos ama.
También se vive a través de la Esperanza: Es la convicción de que, a pesar de las dificultades, Dios cumple sus promesas y es el centro de nuestro ánimo.
La felicidad que se siente en periodo de Adviento es una alegría contagiosa que se comparte con los demás a través de gestos de generosidad y bondad.
Además, es una oportunidad para renovar la fe y la esperanza, abriendo el corazón a la presencia de Dios en nuestras vidas.
Por otro lado, podemos afirmar que el Adviento es tiempo de ILUSIÓN.
El Adviento conlleva la ilusión de quien espera una renovación, un cambio positivo en su vida y en el mundo.
También, es un periodo de espera activa y gozosa de un acontecimiento importante: el nacimiento de Jesús. Esta espera genera una ilusión similar a la de los niños que aguardan los regalos de Navidad. En resumen, el Adviento es un camino que invita a cultivar la felicidad y la ilusión a través de la esperanza, la preparación espiritual y la caridad, anticipando la venida del Salvador.